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El Diario

La soprano alemana Diana Damrau y el barítono malagueño Carlos Álvarez protagonizarán el 7 y el 10 de este mes en el Liceu una versión concierto de la ópera “Hamlet”, una actuación en el entorno del 8M que los dos cantantes esperan que implique también una “reivindicación de las mujeres”.

Álvarez, en el papel de Hamlet, y Damrau, en el de Ofelia, encabezan un reparto en el que figuran también Eve-Maud Hubeaux, como la reina Gertrudis, y Celso Albelo, como Laertes, en un concierto en el que el director israelí Daniel Oren conducirá a la Orquesta y al Coro del Liceu.

“Hamlet” es una ópera en cinco actos del compositor francés Ambroise Thomas, con un libreto basado en el clásico de Shakespeare, que se estrenó con gran éxito el 9 de marzo de 1868 en París y que en el coliseo de la Rambla se ha podido ver un total de 96 ocasiones, aunque la última se remonta a más de tres lustros, en 2003.

A medio camino entre la ‘grand opera’ y el ‘bel canto’ romántico, la ópera destaca por el aria de Hamlet del segundo acto “Oh vin, dissipe la tristesse” y el aria de la locura de Ofelia “A vos jeux, mes amis”.

Carlos Álvarez y Diana Damrau han revelado que para ellos es “cumplir un sueño” poder cantar esta ópera ahora después de que hace 9 años tuvieran una propuesta para representarla en Washington pero que, por circunstancias personales de ambos, tuvieran que renunciar a ella.

Las circunstancias han llevado a que canten esta ópera en Barcelona un día antes y dos días después del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, hecho que Álvarez y Damrau han destacado en la presentación del concierto, así como el papel del mundo operístico en las reivindicaciones sociales.

Así, Carlos Álvarez ha señalado que el 8 de marzo es el Día de la Mujer y que “esta debería ser una obra que implicara también la reivindicación de las mujeres, que son tan importantes en esta obra”.

“Desgraciadamente -ha apuntado Álvarez-, las historias que contamos encima del escenario no han cambiado mucho en todos estos años; llevamos casi 400 años hablando de lo mismo y no ha habido todavía un cambio tan evidente como para poder decir que aquello que vemos encima de los escenarios no tiene ningún tipo de relación con lo que sucede hoy en día”.

“Mientras eso siga sucediendo, podemos utilizar la ópera como un acto reivindicativo, como un método de crítica social, y no solo como un acto de deleite sensorial o intelectual”, ha insistido el barítono.

Una visión que ha sido refrendada por Diana Damrau, que se ha mostrado de acuerdo con Carlos Álvarez porque “la ópera, igual que el arte, siempre ha sido una manera de mostrar las cosas que no van bien en la sociedad, la política y en otros campos”.

La soprano alemana ha resaltado que “muchos artistas y compositores del mundo de la ópera han dado mucho a la mujer y han luchado desde el escenario por la emancipación de la mujer”, creando roles femeninos que han sido muy impactantes, por lo que “su labor ha sido muy loable”.

Damrau ha destacado que la ópera, además de hacernos pensar, nos hace sentir, “e ir mucho mas allá, con la música, la ambientación, la atmósfera que se crea y la humanidad que desprende todo ello”.

Sobre el personaje de Ofelia, ha dicho que es “un tesoro” para las sopranos, un personaje frágil y “casi místico” de la época romántica, que canta canciones poéticas y melancólicas, y que difiere de los roles protagonistas de mujeres en otras óperas en los que actúan como “heroínas emancipadoras”.

Aún así, ha destacado que Ofelia, como mujer de una determinada época y posición, “ya ha dado un paso adelante, porque aunque no participa en política, es una mujer educada, que lee poesía”.

Leticia Martín, adjunta a la dirección artística del Liceu, ha indicado por su parte que “en el mundo de la ópera tenemos la suerte de que es uno de los ámbitos profesionales donde menos diferencias hay entre hombres y mujeres a todos los niveles, desde los roles solistas y los cachés que cobran los artistas, que son absolutamente paritarios, hasta las estructuras en los teatros”.

En relación con los conciertos de “Hamlet”, Carlos Álvarez ha destacado también el esfuerzo hecho por el teatro por alternar esta obra con las representaciones de la ópera Rodelinda, también en cartel estos días en el Liceu, y que “son muy distintas en su concepto y en su forma de ser interpretadas”.

Asimismo, ha hecho hincapié en la gran cantidad de artistas vinculados al Liceu que actúan en el reparto de “Hamlet”, lo que ha considerado como “un lujo que pocos teatros se pueden permitir ahora mismo”.