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Pocos festivales ofrecen al público la auténtica experiencia estival que es introducirse en la naturaleza y disfrutar de unos jardines que, aunque estéticamente cuidados, son en sí pura biodiversidad. Sobre todo si una breve lluvia extrae todos sus aromas, como sucedió este fin de semana en Peralada cuando el público salía emocionado del recital que habían dado la soprano Diana Damrau y Nicolas Testé –su baritonal marido– en la iglesia del Carme. O cuando, tras asistir al álbum de poemas danzados de Aimar Pérez Galí en el mirador, la gente se dirigía al Carme para otro experimento: el maestro Leonardo García Alarcón combinaba Monteverdi y Piazzola con su Cappella Mediterranea.

Es lo que resulta de haber organizado una edición reducida del festival mientras se proyecta el nuevo auditorio al aire libre. Al encadenar un espectáculo tras otro, Peralada pasea a sus huéspedes por los jardines del Castell, ocupando incluso algún espacio de la localidad, como el claustro de Sant Domènec, donde el sábado el compositor Hèctor Parra y la pianista Imma Santacreu, su esposa, dieron cuenta en un taller-concierto de esa aventura que es trabajar juntos.

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Tras el intenso encuentro con Para y Santacreu, el público se zambulló en la generosa variedad de arias y canciones del recital Amor y vida que reunía a Diana Damrau y a su marido con el magno Helmut Deustch al piano. Con su facilidad canora y su característico vibrato, Damrau brilló especialmente en “Al dolce guidami” de Anna Bolena y su particular “Casta diva” de Norma, pero también en el vaporoso registro francés de Duparc o en el alemán de Richard Strauss, por no hablar de los musicales como My fair lady con los que acabó la fiesta.

Él, sin embargo, arrancó dramático y convincente en el aria del Rey Salomón de La Reine de Saba de Gounod pero se defendió lo justo en Don Carlo o La Gioconda , encontrando su cáliz de bajo-barítono en Eugene Onegin , de Chaikovski.

Vivaz y extrovertida, Damrau regaló como bis una canción de Turina, acaso en recuerdo a Victoria de los Ángeles, antes de prestarse a presentar un libro de cocina en la bodega Perelada (con e ). Es parte de los setenta cantantes de ópera que han aportado sus recetas de cocina a The Opera Cooks , de Evelyn Rillé y Johannes Ifkovits. Al parecer, los mejores cantantes del mundo se relajan cocinando, desde Carreras a Kaufmann o Flórez o Netrebko. Y el chef del Celler hizo realidad el strudel de carne de Damrau.

La Vanguardia